Se trata de familias de compañeros con graves problemas de salud o discapacidad en general, pero que conquistaron su casa a partir de la lucha consciente que “salió” de una iniciativa de familias organizadas en el Polo, ocupó el obrador de las viviendas del plan federal, se transformó en masiva e integró incluso, a compañeros de otras organizaciones. Así nació la comisión Por la Vivienda del barrio Pueyrredón. La Municipalidad a instancias de esta comisión, empadronó a 205 familias, sólo de este barrio, con problemas de vivienda.
El movimiento de lucha se inició en la semana santa pasada, pero tiene precedentes en la lucha contra las condiciones de «erradicación» de la villa de Paso (hoy en el Plan Dignidad, que va por la mitad de su concreción), las tentativas de «levantar» la Villa de la vía (decenas de familias obreras en el corazón del puerto) y más recientemente, por la que se libró para la finalización de las obras de construcción de 24 casas por parte de cooperativas de organizaciones piqueteras. Luchas todas estas, con importante participación del Polo y del Partido Obrero. Hay que destacar además, que fue (y lo seguirá siendo) uno de los ejes de nuestra campaña electoral.
La problemática de la vivienda asume hoy en la ciudad, características explosivas:
1) por el hacinamiento en barrios que ya no admiten más construcciones
2) por la imposibilidad de hacer frente al alza de los alquileres (en la capital del trabajo en negro y precario y con los salarios más bajos).
Mar del Plata se ha extendido sobre la bese de asentamientos precarios, pero todo tiene un límite: la ciudad se aplasta por el crecimiento poblacional contra el peso del cinturón hortícola. Y las construcciones de lujo para la especulación y el turismo expulsan a las familias a esas fronteras. Se calcula que se asientan más de 6 familias nuevas por día, provenientes del interior, pero también de localidades de los alrededores (sólo de Ayacucho hay 6000 residentes).
El municipio tenia hasta hace unos meses unas 9.000 familias solicitantes de vivienda, hoy ya son aproximadamente 20.000.
Aunque lo quiera disimular y ocultar, el gobierno de Pulti-Scioli viene arrasando con más privatizaciones a favor de los negociados de los grandes capitalistas, locales o no. Ya lo ha hecho con el Hotel Provincial y amenaza hacerlo también con Obras Sanitarias, el Auditorium y lo que quede de espacio público. No figura entre las prioridades de estas camarillas, devenidas en «nacionales y populares», la solución de esta lacra social. Está claro que hay que poner en pie una alternativa obrera para que resuelva de raíz la falta de viviendas; expropiando terrenos aptos e imponiendo tasas e impuestos progresivos para destinarlos a la construcción y urbanización.
Ahora que arrancamos, vamos por viviendas para todos.
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