15 de marzo de 2009

Gran concurrencia a la mesa debate Pitrola-Rigane


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Con la presencia de más de 120 personas se realizó el 12 de marzo, la mesa debate entre José Rigane (secretario general de Luz y Fuerza, regional Mar del Plata) y Néstor Pitrola. Concurrieron trabajadores metalúrgicos, fileteros, docentes, estudiantes secundarios y universitarios, vecinos de los barrios y una importante delegación de directivos y trabajadores de Luz y Fuerza.

Rigane, en su intervención, comenzó destacando la necesidad de reemplazar la democracia burguesa por una «democracia representativa» e hizo hincapié en la unidad del campo popular para enfrentar la crisis. Se posicionó en favor de los gobiernos nacionalistas de Venezuela y Bolivia que, según sus palabras, son una salida a la crisis, pues se enfrentan al imperialismo.

Asimismo, destacó que el carácter del salvataje estatal actual, «es un rescate a los banqueros e industriales y no a los trabajadores, aún cuando sean usuarios o consumidores, y que por otro lado ya está fracasando».También denunció a las empresas privatizadas que, acuerdo mediante con el gobierno, han impuesto un tarifazo que se descarga con fuerza sobre los sectores populares.


Néstor Pitrola comenzó su intervención señalando la importancia de la deliberación política en el interior de la clase obrera.
Puso de manifiesto los límites insalvables del nacionalismo burgués y su incapacidad histórica para dar una salida de conjunto a la crisis social que estamos atravesando y que los trabajadores somos llamados a pagar con mayor flexibilidad laboral, suspensiones y despidos masivos, congelamiento salarial, cierre de paritarias, persecución de activistas y cuerpos de delegados; todo esto con la anuencia de la burocracia sindical.

Remarcó luego nuestro posicionamiento frente a la crisis mundial: no se trata de una crisis más, sino que la particularidad de ésta es que recoge y agudiza todas las contradicciones de las crisis anteriores del capitalismo. Se trata de una crisis en la que la propia burguesía esta desorientada y fluctúa entre intervenir para apagar el incendio rescatando gigantes capitalistas o dejando que quiebren, sin que ninguna de estas medidas sirvan para detener el terremoto financiero, económico y político.

Al concluir las exposiciones hubo preguntas y diversas intervenciones de los asistentes.

Luego de varios comentarios del público asistente respecto del conflicto agrario, Pitrola recalcó la necesidad de delimitarse políticamente de los dos sectores patronales: por un lado, de la mesa de enlace y la oposición patronal (mal llamada sojera, porque el gobierno es tan o mas sojero que la oposición) que reclama una mega devaluación del peso, el acuerdo con el FMI, la eliminación de las retenciones y la liberalización para las exportaciones, todo lo cual golpearía de manera violenta contra los trabajadores, y por otro, del gobierno K de los tarifazos, de los topes salariales, de las suspensiones y despidos, del desfalco de la Anses, del rescate de Marsans y de las mini devaluaciones cuyo objetivo no es otro que beneficiar a los pulpos exportadores.

Asimismo, varias intervenciones de los presentes se orientaron a la preocupación por el aumento en las tarifas y a la necesidad de organizarse con un programa propio para enfrentar este intento de descargar la crisis sobre nosotros. Ambos panelistas coincidieron en la importancia de reforzar las movilizaciones y las asambleas populares como un instrumento de organización y de deliberación de la clase obrera.

Cerrando la actividad, Pitrola expuso el programa de los trabajadores para enfrentar la bancarrota capitalista: En oposición al salvataje del capital, es necesaria la nacionalización, sin compensación, de la gran industria, la banca, el capital terrateniente y los monopolios comerciales y de servicios para reorganizar al país bajo la dirección de los trabajadores.
La nacionalización del comercio exterior bajo control obrero, para detener la fuga de capitales y crear las condiciones necesarias para el desarrollo de un mercado interno y canalizar el ahorro nacional hacia un plan de obras públicas e industrialización.


Un balance muy positivo de la actividad, sobre todo porque pudimos reunir a un gran auditorio de obrero y activistas con una voluntad firme en lo que respecta a la defensa de sus intereses.


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