Vamos los Pibes
La movilización de los secundarios es una bocanada de aire
fresco entre las chicanas y la politiquería de los partidos y políticos del
sistema. Con sus ocupaciones de colegios, los secundarios pusieron en el
banquillo de los acusados a los Macri y a los Kirchner, responsables por igual
del hundimiento de la educación pública.
Las escuelas en derrumbe delatan un régimen que impulsó conscientemente
la destrucción de la educación estatal, para beneficiar el negocio de la
educación privada. La dictadura militar transfirió, sin los fondos
correspondientes, los colegios primarios a las provincias. La ‘democracia’,
años después, hizo lo mismo con los establecimientos secundarios. De este modo,
los recursos del Estado nacional quedaron disponibles para la deuda externa y
los subsidios a monopolios capitalistas.
Los que hoy gobiernan, que se desgarran las vestiduras con
“la dictadura” y el “menemismo” dejaron en pie la herencia educativa de los
dos. Pero, además, le agregaron especies de su propia cosecha. La inflación
creciente licua el gasto de educación, pulverizando los salarios docentes y los
recursos edilicios. Ello ocurre, por igual, en la Ciudad que gobierna Macri y
en la Argentina de los Kirchner.
Pero esta política capitalista entra en crisis, todos los
días, con las necesidades de miles de estudiantes y docentes. Como ha ocurrido
siempre, el levantamiento de la nueva generación es el anticipo del final de un
régimen y de grandes virajes políticos.
Por eso decimos: ¡vamos los pibes! Es una rebelión contra el
derrumbe educativo del capitalismo.
Su lucha reclama organizar una salida obrera y socialista.