El Partido Obrero ante los Resultados Electorales
1. El Partido Obrero denuncia la violencia política de las elecciones del domingo, en las que todo un aparato oficial y paraoficial estuvo abocado al robo masivo y sistemático de las boletas de los partidos opositores. El oficialismo temía no llegar al 40% necesario. Esta razzia contra las boletas opositoras se desarrolló con particular saña en el conurbano bonaerense, pero también en otros distritos.
2. El gobierno ha logrado una victoria política clara, en particular si se añade al resultado general sus victorias alcanzadas en Santa Cruz, en Salta y Mendoza. El voto al gobierno, de todos modos, refleja un proceso de reactivación económica que se va agotando como consecuencia de sus contradicciones y de la crisis bancaria internacional. Frente al panorama que se abre, el gobierno carece de cualquier programa, al menos, que sea público o conocido.
3. La Coalición de Carrió, que se ha autoproclamado como “alternativa”, está lejos de consolidar una oposición al kirchnerismo y mucho menos de carácter popular o democrático. Está poblada de derechistas y de agentes del capital financiero y agroexportador.
4. El Partido Obrero retrocedió claramente en votos. Esta mala votación contrasta con sus avances en procesos electorales y luchas en el movimiento obrero, en las Universidades y colegios, en el movimiento territorial. El gobierno ha tenido un gran éxito en la cooptación de direcciones populares y de una parte de la propia izquierda. Asimismo, una parte de la población interpreta equivocadamente las luchas sociales más conflictivas de los últimos tiempos, en las que participa el Partido Obrero. Los medios de prensa se han ocupado de acentuar esa distorsión. Sin embargo, esa misma población será llevada, más temprano que tarde, al campo de la lucha. Como nadie construyó nunca un movimiento de oposición socialista al régimen imperante sino por medio de la lucha, el PO va a profundizar su política y a clarificar a toda la población sobre nuestros propósitos estratégicos.
2. El gobierno ha logrado una victoria política clara, en particular si se añade al resultado general sus victorias alcanzadas en Santa Cruz, en Salta y Mendoza. El voto al gobierno, de todos modos, refleja un proceso de reactivación económica que se va agotando como consecuencia de sus contradicciones y de la crisis bancaria internacional. Frente al panorama que se abre, el gobierno carece de cualquier programa, al menos, que sea público o conocido.
3. La Coalición de Carrió, que se ha autoproclamado como “alternativa”, está lejos de consolidar una oposición al kirchnerismo y mucho menos de carácter popular o democrático. Está poblada de derechistas y de agentes del capital financiero y agroexportador.
4. El Partido Obrero retrocedió claramente en votos. Esta mala votación contrasta con sus avances en procesos electorales y luchas en el movimiento obrero, en las Universidades y colegios, en el movimiento territorial. El gobierno ha tenido un gran éxito en la cooptación de direcciones populares y de una parte de la propia izquierda. Asimismo, una parte de la población interpreta equivocadamente las luchas sociales más conflictivas de los últimos tiempos, en las que participa el Partido Obrero. Los medios de prensa se han ocupado de acentuar esa distorsión. Sin embargo, esa misma población será llevada, más temprano que tarde, al campo de la lucha. Como nadie construyó nunca un movimiento de oposición socialista al régimen imperante sino por medio de la lucha, el PO va a profundizar su política y a clarificar a toda la población sobre nuestros propósitos estratégicos.
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