22 de noviembre de 2007

La lucha no afloja



en la industria del pescado

La lucha no afloja…
(publicado en Prensa Obrera nº 1018)
Los trabajadores del pescado vienen luchando desde hace semanas por la registración laboral de todos los trabajadores en negro y el pago de una garantía horaria. En el curso de esa lucha ocuparon la semana pasa el Concejo Deliberante. Se retiraron luego de que el Concejo y el propio intendente Katz se comprometieran a organizar una reunión con la Subsecretaría de Pesca y con el Ministerio de Trabajo de Nación. Una semana después, al no concretarse la reunión prometida, salieron nuevamente a la calle y se votó una nueva jornada de paro y movilización, el viernes 16.

La “eyección” de Katz

En medio de la vigilia previa a la movilización, el viernes a la mañana, sorpresiva -y hasta provocadoramente- el intendente Katz, junto al delegado del puerto, se presentaron en la sede del sindicato ocupado desde hace más de dos meses por los trabajadores. Lo hizo para “comunicar que no se haría presente ningún funcionario nacional”.

Katz tuvo que ir al Soip cuando él mismo, sin éxito, había ordenado el apoyo a la camarilla de Salas-Verón. Todos conocían su reticencia a reconocer a los delegados en lucha; todos lo consideraron co-responsable de llenar las calles del puerto con policías; todos conocen su buena relación con varios capangas negreros del puerto y su nulo interés por la situación de los obreros. Katz primero recogió frialdad y luego mucha calentura; después de un rato debió retirarse para escapar de la bronca obrera que quería hacer justicia con mano propia. Cuatro años antes, ante un conflicto similar, Katz había salido a dos cuadras del municipio a parar una movilización en su contra, tras descalificar a los obreros en huelga.

A la huida de Katz le siguió una larga recorrida de los obreros por las calles portuarias, parando plantas y sumando compañeros a la movilización que, otra vez, concluyó en el centro, en las puertas de la delegación local del Ministerio de Trabajo de la Nación, donde doce compañeros se habían adelantado para ocupar sus instalaciones.

El martes 20 se cumplieron cinco días de ocupación del Ministerio, se mantiene un acampe a las puertas de la delegación en pleno microcentro y se acaba de cumplir una nueva jornada de paro y movilización. Se va abriendo paso, entre los trabajadores efectivos, la expectativa de arrancar la anulación de los convenios de empresa “PyME” y una conquista de aumento salarial.

Los últimos paros garantizados con piquetes masivos, ponen a la orden del día la necesidad de ir madurando una salida para la dirección del sindicato, con la participación plena, en igualdad de condiciones, de los efectivos y los obreros en negro. Mientras crece la simpatía de toda la población con esta lucha, Tomada y Nieto, el subsecretario de Pesca, no dan señales de vida.

El conflicto en el pescado arrecia en momentos de un marcado desbarranque político de Katz; su “pollo” perdió las elecciones. Se desarrollan varios conflictos con municipales, Obras Sanitarias, guardavidas, todo en medio de un quebranto de las cuentas del Municipio. El intendente electo, Pulti, ya ha sido blanco del rechazo de los trabajadores. Para enfrentar estos conflictos, deberá recurrir a su “superior” Scioli.

Claro que ninguno de ellos parece estar en condiciones de poner en caja a los trabajadores del puerto.

Se está haciendo clara la responsabilidad política del Estado en el conflicto. Las ocupaciones del Concejo y ahora del Ministerio de Trabajo reclaman, como los fileteros de Puerto Deseado y los pescadores de Rosario, la garantía horaria inmediata por dos meses para los 8.000 trabajadores afectados, y todas las conquistas pendientes.

¡Viva la lucha de los trabajadores del pescado!

Alejandro Martínez


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