29 de mayo de 2012

Un mes de lucha en el puerto de Mar del Plata

Bloqueos y paros en el puerto de Mar del Plata

Desde hace un mes, el puerto marplatense está parado por el bloqueo a las terminales y las medidas de fuerza de distintos gremios portuarios. A principios de año, la Mesa Intersindical portuaria había declarado que el pedido de aumento del 30% sería ‘de conjunto’ para vencer la resistencia de las cámaras de Pesca y de Armadores, las que planteaban no correrse del 18% fijado por el gobierno. La política de los gobiernos nacional, provincial y municipal fue la de ir encarando las paritarias por turno y de a una, para no alejarse del techo salarial y achatar el reclamo inicial del 30%, lo cual fue aceptado por las direcciones burocráticas, pero al empantanarse la negociación ante cada patronal se produjeron paros y bloqueos, que se fueron sucediendo como consecuencia del fracaso de las negociaciones paritarias por sindicato y por sectores de la actividad.

Moreno en el pescado
Las cámaras reclaman por el aumento de los combustibles y por la estrechez de los mercados, especialmente el europeo, hacia donde se dirigen buena parte de las exportaciones de la pesca. Entre los reclamos de las patronales se encuentra mantener las exportaciones ‘preferenciales’, de aranceles de importación a los productos chinos en el Mercosur y la devaluación para mejorar los precios de exportación. El gobierno reproduce una suerte de Cuota Hilton para la producción pesquera, la que tendrá los mismos resultados de miles de despidos como en la industria de la carne. El gobierno, después de permitir durante ocho años la depredación masiva del fondo marino, quiere que esta recomposición se realice a costa de los propios trabajadores, por eso no blanquea el inmenso trabajo en negro que hay en el puerto de Mar del Plata. Las patronales invocan la ‘crisis’ de la industria pesquera para mantener la rebaja de las retenciones e imponer las paritarias a la baja. Ante los bloqueos, las patronales han desviado los embarques hacia otros puertos, especialmente a Quequén. Son innumerables, además, las denuncias sobre embarques no declarados y fraudes impositivos. Además, la Gendarmería sigue filmando activistas en el puerto.

Reacción obrera
Al bloqueo del Supa (estibadores) por la jubilaciones, le siguió el Somu (marineros) por salario y el fraude de las empresas que no depositan los aportes de los trabajadores a la Obra Social del sindicato; más tarde el paro de 24 horas del Saon (obreros navales) y ahora el Simape (el sindicato de pescadores más numeroso), que mantiene bloqueado el puerto ante la intransigencia salarial de las cámaras armadoras de buques de altura. El caso del Simape es emblemático, porque la discusión paritaria lleva ya más de tres meses y porque se relanzan las medidas de fuerza después de haber concluido la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo. La gran lucha de los estibadores del Supa -quienes pararon el puerto por diez días, sobrepasando a la burocracia del ‘gordo Ferreyra’- sacó a luz la cuestión jubilatoria y el fraude en las empresas, las que por años lucraron con las cooperativas truchas para no pagar aportes. La entrada en escena de los trabajadores portuarios marplatenses es una consecuencia de la crisis del ‘techo paritario’ de Cristina y de su política frente a la industria pesquera. El rol jugado por las direcciones sindicales ha sido el de dividir y frenar, empezando por el sindicato más importante, el Soip, el cual firmó, sin lucha, un acuerdo ruinoso en dos cuotas, las que suman el 25%, en mayo y septiembre. Hay que unir por abajo los reclamos de todos los trabajadores del puerto. Ante la irrupción en cadena de los trabajadores, debió convocarse una asamblea general del puerto. La cuestión seguirá planteada ante el recrudecimiento inflacionario y los conflictos por falta de trabajo. Los nuevos cuerpos de delegados serán clave en esta orientación.


Daniel Rapanelli

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